Saturday, December 15, 2018

Emancipation


When we found out that grandma Marta used rubber bands to hold her stockings on place, we bought her her first trousers. After trying them on, she quit the rubber bands, the stockings and her beige corset forever.




































Tuesday, December 11, 2018

Saturno



Creo que voy a salir a comprar papel de váter. Pasear por la ciudad arrastrando el gigantesco paquete de rollos siempre me ha generado mucha incomodidad, es el momento en que dejo de ser un transeúnte anónimo e intercambiable y de golpe soy ese individuo digno de atención al que todo el mundo mira, acarreando un montón de papel higiénico para limpiarse el culo durante un mes. Cuando estudiaba solía evitar esta vergüenza llevándome de vez en cuando de los inodoros de la facultad uno de los rollos industriales que cabía justo dentro de la mochila y me duraba semanas. Pero hace ya años que se me ha acabado el chollo así que voy a salir a por papel.

Es sábado por la tarde en horario de inverno, ya hace una hora que por la ventana se ve todo negro. Además esta mañana he leído el periódico y he ido a clase de yoga todo en alemán, cuatro años he tardado en poder camuflarme lo suficientemente bien como para hacer un sábado normal, así que con esta fantástica sensación de camuflaje y anonimato me voy a dar un paseo para comprar rollos.
No hace nada de frío para ser otoño y aunque hay gente sentada en el puente la negrura de las calles de Berlín ya anticipa el invierno. Me dirijo a la Dieffenbachstraße, una calle muy bonita que estuve evitando largo tiempo porque mi ex vivía allí. Ahora me regalo siempre un pequeño y estúpido divertimento al pasar por delante del número 33 y susurrar Imbécil! Mindundi! dentro de mi cabeza. Han abierto un bar nuevo justo a la puerta de al lado, otro restaurante español parece -mierda ya me tiembla el párpado otra vez se me debe estar pasando el efecto del yoga. Creo que voy a ir hasta el DM de al lado del Bauhaus donde hay también el casino raro ese que no se sabe bien bien que es, y cruzo la niebla con aroma de Döner que llena Hermannplatz a paso rápido.

En el DM me distraigo como siempre con los colores de esmalte de uñas pero finalmente llego al fondo donde hay los paquetotes de papel higiénico. Cojo el más grande, así pospongo al máximo la próxima expedición para la adquisición de rollos y tomo también una cajita de Schlaf und Nerven Tee que es una infusión para dormir, a ver si se me baja el soufflé mental que llevo desde hace semanas. Roger, el novio de Miquel, me contó el otro día que esta crisis volcánica que padezco debe ser el retorno de Saturno: se ve que cuando tienes entre 28 y 30 años el planeta Saturno completa la vuelta al Sol y vuelve a la posición donde estaba cuando naciste y resulta que al regresar te provoca una avalancha interna. El Dios Saturno se comía a sus hijos como en el retrato que le hizo Goya y representa que hay algo en su retorno que te empuja a hacer cambios en tu vida o a matar partes de ti o yo que sé. Me compro también unas gomitas para el pelo porque parece que la inquietud mental quiere liberarse por vía capilar y mis rizos llevan meses desorientados y en situaciones serias alemanas no los puedo llevar sueltos que desordenan al personal.

Pago y salgo a la calle y ahora sí que con mis rollos de papel y los rizos a lo loco me va a ver todo el mundo así que ando rápido y evito el contacto visual. El primer semáforo lo pillo en rojo y mientras espero sintiéndome observada me fijo en el edificio al otro lado de la calle. Cuando uno anda por la acera puede pasarle desapercibido, pero si uno se queda parado en el semáforo de enfrente se da cuenta del pobre monstruo. Un cadáver exquisito arquitectónico iluminado por los rótulos del Conrad que es un establecimiento de electrónica y del Hotel Ludwig van Beethoven que debe ser un hotel un poco regular juzgando por su rótulo y su edificio raro. Verde, ya puedo cruzar y tomar Hasenheide hacia el este, desde aquí se ve la grúa a lo lejos con esa luz enorme encima que parece una luna llena pero cuadrada y chillando MTN! las iniciales de la empresa constructora. Giro por Fichterstraße, la calle del restaurante ese tan caro, Tolouse Lautrec se llama, donde mi jefe un día cenando son su novia se encontró con la socia de un cliente cenando en la mesa de al lado, y me paseo por delante del Tolouse Lautrec con mi docena de rollos de papel de váter. Un semáforo más. Pasa una chica con una chaqueta peluda con hombreras que le queda genial, creo que las hombreras vuelven, como Saturno.

Después de una hora andando llego a casa y ordeno los rollos en el cuarto de baño y no sé si ponerme un vino o un Schlaf und Nerven Tee que ya me está temblando el párpado otra vez, puto Saturno.